La biblioteca de aula debe renovarse constantemente a través de estar siempre recibiendo nuevo material. Este puede estar formado por libros o materiales aportados por el profesor, los padres o por los propios alumnos.
Para incorporar los nuevos materiales, tanto los impresos como los digitados, los docentes o mejor todavía, los mismos alumnos, pueden adaptarlos a las características de la biblioteca de aula.
Para incorporar un nuevo material o libro a la biblioteca de aula, el maestro selecciona primero entre los aportes, los materiales que considera apropiados. Para hacer la selección debe tener en cuenta los siguientes criterios:
Aspecto físico del material: calidad y color del papel, ausencia o presencia de ilustraciones, legibilidad general. (¿Es aceptable el escrito como objeto material?)
Aspectos lingüísticos: tipo de vocabulario y construcciones gramaticales utilizadas. (¿El vocabulario y las formas gramaticales pueden ser comprendidos y manejados por los alumnos?)
Aspectos psicológicos: Interés, significatividad y propiedad de la lectura. (¿Se trata de una lectura interesante para los estudiantes? ¿Es un tema que tenga alguna importancia para los estudiantes? ¿Es apropiada para ellos?)
Aspectos conceptuales: grado de dificultad de los contenidos y de la forma de presentarlos. (¿Está presentado el tema de modo que pueda ser entendido fácilmente?)
Respuesta global: reacción general esperable de los alumnos frente al texto escrito. (¿Qué sucederá con este material si lo coloco en la biblioteca de aula?)
. Mantención de las bibliotecas de aula.
Para ser realmente dinámicas, las bibliotecas de aula no sólo deben renovarse, sino también deben mantenerse constantemente:
Los materiales que perdieron interés o actualidad deben ser retirados de la circulación; los materiales que nunca se usan sólo contribuyen a hacer menos manejable la biblioteca.
La catalogación, clasificación y los registros de lecturas y lectores debe estar actualizándose constantemente.
En resumen, una vez recibida o iniciada una biblioteca de aula debe ser objeto de una cuidadosa atención. Su adecuado funcionamiento y sus aportes al mejoramiento de los aprendizajes dependen en parte de buenos procesos de catalogación y clasificación, de políticas de incremento del material y mantención y mejoramiento del existente.
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